Diálogo
II
El diálogo asume, entre los seres humanos, magnitudes
diversas.
Puede ser un diálogo de amor.
El del hombre y la mujer, por ejemplo, que al abrir la
posibilidad de un nuevo ser, alcanza una de las dimensiones más altas.
Hay a su vez amores intensos, en los que la apertura sexual
es desplazada.
Amor de padres e hijos, de abuelos y nietos, de hermanos…
El amor de amistad (aunque en nuestro lenguaje cotidiano,
rioplatense, amor y amistad no se refieran con la misma palabra).
El amor al prójimo, acaso compendiable en él.
Y ese ligamen que se da en ciertas comunidades pequeñas
(religiosas, domésticas, barriales...).
2. Podría ser también un diálogo que sin llegar a expresar
todos los momentos del amor, revelara un reconocimiento al significado profundo
del otro.
Un diálogo en el que los protagonistas llegaran a descubrir
su realidad personal.
Y en que la libertad de cada uno (su autonomía moral y
existencial) estuviesen garantizadas
intersubjetivamente.
Un diálogo de respeto.
3. El amor es una afirmación del otro. Incondicional.
No hay entrega a cambio de algo.
Como decía San Pablo: todo lo da, todo lo espera, todo lo
soporta.
Es una afirmación que conlleva su propia negación.
4. El respeto es una afirmación recíproca.
Doy a cambio de que me des, no te daño porque necesito que
no me dañes.
Palabras como contrato, justicia, precio, que en el amor
carecen de cabida, alcanzan aquí un sentido relevante.
5. Amor y respeto proponen dos maneras de encuentro.
No son equivalentes.
Podrían en algunos momentos ser motivo de tensiones muy
fuertes, al expresar modos dialógicos diferentes.
Podrían también ser complementarios.
Muchos escritores se han referido a ellos desde el arte, la
ciencia, señalando sus diferencias o exaltando sus posibles correlaciones.
El amor se muestra espontáneo, existente en una presencia inarticulada
y vívida.
El respeto se ha podido organizar en órdenes legislados,
sistémicos.
Uno y otro revelan, con sus realidades y limitaciones, dos
modos primordiales del diálogo.
El amor se ha llamado desde siempre amor.
El nombre técnico del respeto es derecho.
6. Excursus
La Biblia en su versión hebrea, en el capítulo 2 del
Génesis, al describir la creación del mundo, refiere a Dios como Adonai Elohim.
Es decir: lo menciona por dos de sus atributos: Adonai
significa misericordia y Elohim justicia.
La descripción no concibe a un Dios de justicia solamente,
como tampoco concibe a un Dios solo de misericordia.
Como expresa el Rabino Marcos Edery “En el equilibro entre
Justicia y Misericordia el ser humano ha
de encontrar el secreto de su conducta ante su Dios y su prójimo”.
7. Amor y derecho han ordenado a lo largo de los tiempos la
vida de las sociedades políticas y domésticas.
Pero no lo han hecho de modo exclusivo ni excluyente.
El poder y la violencia han gravitado igualmente en ellas.
Lo que significa que junto al diálogo que uno y otro
expresa, se pueden dar expresiones del no diálogo.
De su omisión, de su ruptura.
De su sustitución por criterios que llevan a la oclusión del
otro, a su lejanía.
A su cosificación.
También a su muerte.
Si la vida en libertad es la posibilidad de encontrarnos uno
y otro, es necesario reconocer la
dolorosa circunstancia de que una y otra, la vida y la libertad, pueden
suicidarse.